Ignorancia Sofisticada trae Vandalismo Estético: una experiencia de arte
El productor de Medellín debuta como solista con un disco de trip hop, que puede hacer las veces de banda sonora de una película de crimen…
El productor de Medellín debuta como solista con un disco de trip hop, que puede hacer las veces de banda sonora de una película de crimen.
Un robo de un banco; un asesinato en la madrugada; una persecución policial. Sistemas de vigilancia que todo lo ven; conspiraciones mundiales; caos absoluto. Vandalismo Estético, el nuevo disco de trip hop del productor de Medellín Ignorancia Sofisticada, puede funcionar como una banda sonora para todas esas situaciones. A través de sus sintetizadores retumbantes, sus percusiones galopantes, sus samples y sus atmósferas llenas de capas, cada corte de este disco recrea y ambienta una escena.
Ignorancia Sofisticada (también conocido en el mundo del rap como D.J.H) lleva alrededor de dos décadas haciendo música. Su carrera se ha desarrollado ligada al rap del sur de Medellín. Fue integrante de la agrupación D.A. Distrikt — junto con Crudo Means Raw, AvenRec y MC Cura — ; en su estudio se grabó Pantone de No Rules Clan, que cuenta con varios beats suyos (“Desert Eagle”, “Pantone”, “Pico y Chao”), así como Welcome To The World of Nemesis de Sison Beats (“Misil Afgano”).
Aunque el rap es su hábitat principal, el trip hop y la electrónica son géneros que también lo han inquietado a lo largo de su exploración musical. Este fue el camino que escogió para traducir en música sus experiencias de un momento de su vida oscuro y lleno de torbellinos. Si, con Wittgenstein, aceptamos los límites del lenguaje humano y la existencia de lo indecible, discos como Vandalismo Estético se conectan con esas pulsiones indescriptibles, pero que están ahí: ahí yace la potencia de este proyecto instrumental y de cada una de sus texturas.
Si se llama Vandalismo Estético, sabemos de entrada que no hay nada sagrado en este recorrido. Los sonidos profanos van decapitando certezas mientras que Ignorancia Sofisticada — el desconocimiento y la persistencia para mejorar cada vez más juntos — va construyendo su proyecto. Para entender los rumbos que toma el proyecto, sus motivaciones y el detrás de cámaras, me senté a hablar con él en su estudio de Provenza, Medellín, un par de semanas antes de que fuera publicado el disco.
Llega Ignorancia Sofisticada con Vandalismo Estético ¿En qué consiste esta propuesta?
Vandalismo Estético es como, de alguna manera, vandalizar todo lo que está establecido. Desde las ideologías falsas hasta los estereotipos, que para mí son ficticios. También es la búsqueda de lo espiritual y lo onírico, y del arte a través de distintas técnicas y búsquedas de samples y sonidos electrónicos, para darle una connotación distinta al trip hop como género. Tiene mucho de cinematográfico, como un soundtrack de una película.
Sí, el disco suena como a una banda sonora de una película de crimen. ¿Eso es a propósito? ¿Cómo llegaste a ese tipo de sensaciones y atmósferas que transmite el álbum?
Yo creo que todo se transmite desde mis vivencias. Como dice una frase que está en el librillo del CD: el que no conoce la oscuridad, no conoce la luz. Esto es fruto de trasegar en muchas oscuridades, de drogas, de violencia… También de imaginarse ciertas escenas como épicas y de acción, que tienen algo de cool o lo incitan a uno a superarse. Todo surge de la superación y de trasegar muchos caminos, que también me han hecho ver mucho la oscuridad: la enfermedad, la violencia e historias familiares que tienen un montón de películas que no son fáciles de contar, pero que se integraron a mi imaginación.
Sin duda, entonces, tu experiencia personal está plasmada en los sonidos del disco. No hay rapeos, por lo que las atmósferas que creaste son las historias que querrías contar. ¿Cómo trasladas o traduces recuerdos y pensamientos a sonidos?
Sí. A ver, no siempre son los recuerdos exactos, pero es como recopilar imágenes que tengo en la cabeza, y las comparo con escenas de ciertas películas. Los años en los que hice el disco fueron oscuros: mucha fiesta, mucha ebriedad, mucho de todo; hay unos recuerdos ahí y mezcla de desamores, decepciones y también todo eso lo he relacionado con historias muy fuertes de mi niñez. Más que nada es buscando esa luz dentro de la oscuridad.
Si Vandalismo Estético fuera la banda sonora de una película, ¿de cuál sería?
Difícil de decir. Por decir, El Club de la Pelea me parece brutal, podría estar ahí para ciertas escenas. En estos días vi Noé, de Darren Aronofsky, es brutal. Para mí también tiene que ver con un recuerdo de conspiraciones. Hubo un tiempo en que trate de informarme de muchas cosas de estas, que también lo rayan a uno, y a la final estar tan poco consciente de lo que pasa –porque el ser humano está muy distraído de las cosas– me hizo pensar en buscar cómo trascender. Desde Caín y Abel se ha repetido esa escena, la maldad del ser humano. Quiero vandalizar esos estereotipos y la religión. No tengo nada contra la religión, pero sí contra la institución. No sé si decirlo en público, me pueden excomulgar, pero me vale mierda, también. Es tratar de desmitificar todas esas cosas establecidas que no dejan vivir a la gente su esencia.
Este proyecto lo sacas bajo el nombre de Ignorancia Sofisticada y no bajo el nombre de D.J.H., que es tu nombre en el rap y como beatmaker. ¿Qué implica ese cambio de nombre y cuál es la diferencia entre esas identidades?
D.J.H. son las iniciales de mi nombre: Diego Jaramillo Henao; alguna vez fue también Desorden Juvenil Hispano, eso era muy de niño, aprendiendo. El cambio fue más que nada porque siempre quise tener un alter ego que no fuera mi nombre, pero nunca lo había encontrado. A raíz de los últimos años que estuve en España estudiando, me puse a pensar que lo que yo aprendí a hacer fue ignorante, fue empírico, nunca nadie me enseñó. Así haya estudiado ciertas cosas de ingeniería, eso me dio ciertas herramientas para terminar mi trabajo y hacer lo que hago ahora, pero desde el principio siempre busqué la ignorancia con las ganas de aprender, y de sofisticarse. Para mí, ese es el significado de Ignorancia Sofisticada: nunca me las voy a saber todas, ni pretendo hacerlo así, sino siempre en la constante búsqueda de aprender y de elevar el nivel cada vez más.
¿Cómo fue el proceso ir construyendo el disco?
La primera canción que hice fue “Miradas Perpetuas”. En ese momento había pasado por un desamor que me dio muy duro, y me imaginé siempre la primera mirada y la última mirada, que es lo que se queda perpetuo en el recuerdo y en la mente. En el documental Escobar Exposed aparecieron como tres tracks. Por ahí encontré ese color: una mezcla de lo que hago en el hip hop con la electrónica. A partir de “Miradas Perpetuas” me di cuenta de que tenía una manera de ejecutar: ver escenas de cosas y de ahí a transcribirlas con sintes, percusiones y llevarlas a la máxima transformación con efectos y ruidos. De ahí fue saliendo todo. Lo único que le faltó al disco, que siempre lo he querido tener, pero no lo he encontrado, es un personaje que sea vocalista. Para el próximo disco quiero encontrar a alguien que pueda transcribir esos sonidos en voz y en letras. Fue un largo periodo, más de año y medio. Fue todo hecho por mí. Bueno, en el camino apareció un personaje que ahora es parte del grupo: Camilo Álvarez, baterista y pintor. Al hombre lo conocí por otro amigo y quedó enamorado del proyecto y empezó a meterle mano en detalles y arreglos de percusión. Yo hice el resto: me tocó mezclarlo, que es una de las cosas más tediosas porque uno ya está saturado de escucharlo. Y Daniel Upegui, que ha masterizado muchos discos de rap de acá, una vez vino, parchó y le gustó el proyecto. Yo le entregué el proyecto y me liberé de ser tan perfeccionista, porque no encontraba a la persona a la que se lo pudiera soltar. Cuando volvió de Ámsterdam lo hicimos los dos juntos acá en el estudio. Las cosas salieron bien por suerte, hermano. Quedé contento con el resultado.
¿Qué tanto escuchas trip hop en tu día a día? ¿Qué influencias hay?
Para mí, desde el 98, empecé a escuchar. Portishead y Massive Attack son las dos grandes influencias ahí. Tricky también, Boards of Canada. Mucho del sello de Warp Records. Square Pusher también. Portishead es lo más sofisticado que yo he escuchado: suena a rap, tiene samples, guitarras de rock, percusiones demasiado densas y todo eso siempre me llamó mucho la atención, junto con la voz femenina; lo mismo con Massive Attack y su versatilidad: pueden sonar muy electrónico, muy rock, en el medio de todo.
Entonces te paraste en el punto medio de lo que te gustaba del rap y de la electrónica. ¿Cómo creaste ese diálogo entre dos géneros distintos? ¿Cómo te sentiste haciendo ese maridaje?
Bien. La verdad, en los inicios, era aburrido, porque no me decidía del todo. Yo amo hacer rap, es algo que tengo que hacer diario también, hacer beats de rap. Definirlo como ni lo uno ni lo otro es algo complejo. A la final, si no tenés cuidado es una mezcla rara que, de pronto, no dice nada. Por ejemplo, las percusiones: usar samples de baterías de funk y de soul que son muy marcadas y suenan muy bonitas. Poner algo ya muy abstracto de un sinte, como un ruido. El loop siempre está presente, es como trabajo con el rap. Abstrayendo de los dos logré entender en mi cabeza qué quería hacer y cómo quería sonar.
¿Cómo se diferencia el proceso de hacer beats que sabes que van a ser rapeados frente a este proceso, en el que la música se tiene que parar por sí sola?
Es muy diferente. La música es la misma sensación, porque este álbum tiene muchos samples. Hay un loop de cierto sample y uno sabe cómo puede sonar. A la final, en el rap vos decís bueno, este loop va, y ya. Y como es algo en el que la voz tiene que destacarse, no necesariamente te matás hasta que llega el intérprete, que lo lleva a otro nivel. Para este disco tocó tener la imaginación a otro nivel, como uf, yo aquí vería una voz femenina y me imaginaría este arreglo. Sí piensa uno en más estados y atmósferas de la canción, más curvas. Es más un viaje. Es diferente a la hora de crear una sensación. El rap tiene algo que es muy literal: rapear define lo uno o lo otro. Acá está por definirse y cada uno saca su conclusión frente a qué le transmite, el rap ya es algo que te están contando.
Te gustaría continuar explorando el sonido del trip hop, ¿sí? No es cosa de una vez.
Sí, claro. Es más, en este momento estoy trabajando en el segundo disco. En realidad, es mi proyecto personal. Me pasó algo con el rap: tuve muchos años en los que canté, intenté tener grupos, ser solista, y perdí cierta hambre para rapear. Ya no me siento tan en la edad, no porque esté viejo, pero para eso sí hay que tener ganas de contar historias, de vivir mucho la calle. Como productor me siento hoy más identificado. Creo que con este proyecto puedo sacar todo ese álter ego que quiero expresar. Es la línea que escogí como artista. Se está formando un grupo para las presentaciones en vivo. Hay muchas cosas paralelas que han pasado. Tengo relación con artistas, escultores, pintores, realizadores de video que me ha abierto otra perspectiva de la música que quiero cultivar y en la que quiero crecer. Esto no va a ser mainstream, puede ser difícil para ciertos oídos porque de pronto en Colombia es solo para ciertos ambientes. En realidad, lo que quiero es crear experiencias de arte, con todos los sentidos: esa es la base del proyecto.
Escucha acá Vandalismo Estético, de Ignorancia Sofisticada: