Rap Sin Cuenta 2024
Periodistas de Argentina, Ecuador, Colombia, Venezuela, México y España analizan lo mejor del rap en español de 2024, desde sus discos y temas más destacados hasta alguna tendencias interesantes.
El 2024 fue el año del rap argentino: distintas escenas y búsquedas desembocaron en un océano abundante donde las multisilábicas de Mir Nicolás y los códigos de Sirio conviven con el desparpajo de Dolly Flackko y la irreverencia de los Swaggerboyz. No es un tema coyuntural: el de Argentina es el panorama más interesante de todo el hip-hop en español (¡Dillom! ¡Cerounno y Vinyltracker!), seguido por España, que también triunfó en su diversidad de enfoques y en la fuerza de sus propuestas más curadas, desde el folclor de Faenna y Manu Beats hasta el surrealismo punzante de Pablic S, pasando por el desarrollo sonoro de Ill Pekeño. El policromático álbum debut de Kei Linch Dulcinea, el diálogo maduro de N. Hardem con la frustración y la competencia en Mal de Altura y la capacidad narrativa de El Kalvo en Los Tres Golpes sacan la cara por Colombia, mientras que Ríal Guawankó y Zen-P hacen lo propio por Venezuela. AKRIILA y Portavoz destacaron en Chile. Aún así, el hip-hop más vivo y dinámico de lo que Martín Caparrós llama Ñamérica —esa gran región unida por una lengua común aunque, como se ve en su rap, con tantas variaciones— está en sus extremos sur y norte, y no solo en Buenos Aires y Madrid. Parte de la salud rapera de ambos países pasa por su descentralización, así que podemos hablar que esto va desde la Patagonia hasta Málaga, o desde Tucumán hasta Burgos.
Bienvenidos a un año más de Rap Sin Cuenta, lo mejor del hip-hop ñamericano del 2024, escrito por Nicolás Amarís, Julia Álvarez, Sofía Ariza, Camila Caamaño, Daniel Caballero, Dante Conti, Martín Córdova, Héctor Elí, Franca Hernández, Rodrigo Romero, Julián Roncancio, Flor Viva, Agustín Wicki y Lautaro Yanes. Y editado por mí, Santiago Cembrano.
AgusFortnite2008 & Stiffy — MURIO LA MUSICA
Vivimos en tiempos de confusión, incertidumbre y fatiga creativa. Claramente el hip-hop no se escapa del zeitgeist, y la indiferencia generalizada ante la repetición de patrones es una realidad: Griselda exprimió hasta la última gota de originalidad en su repertorio, Future capitaliza estrictamente de fórmulas del ayer, y el rap mochilero está lejos de su cumbre histórica. Para fortuna de la cultura, los Swaggerboyz llegaron para representar a una generación que no se identifica con los dos arquetipos más notorios históricamente en el rap: el mochilero iluminado y el gangster despiadado. Su mejor obra hasta la fecha, MURIO LA MUSICA, se perfila como un punto de encuentro para una generación que se siente huérfana en la comunión del rap, que rehúsa de la idiosincrasia tradicional del género y está sedienta de nuevas narrativas. Sustentado con texturas distorsionadas, canciones que son confesamente (según su host, DJ Smokey) “crímenes de guerra”, la peor ingeniería de mezcla y mastering que se puede escuchar en el 2024 y letras con pulsión iconoclasta en las que rockeros, viejos y raperos ortodoxos reciben golpes en proporciones equitativas, este disco funciona como el ojo de un huracán. Aún no podemos medir sus repercusiones, PERO representa por sí mismo un período transicional interesantísimo para los libros del rap.
Agustín Wicki & Santiago Galafassi — Golden Boyz: Tesoros Invisibles
Las personas dedicadas al arte están condenadas y destinadas al éxito. Incluso si un ecosistema infértil como la tundra les puso obstáculos para crecer. Agustín Wicki y Santiago Galafassi fueron los directores y testigos de la épica de los Golden Boyz: Tesoros Invisibles: una historia sobre los jovenes raperos de Rosario que sembraron flores de loto de la cultura hip-hop.
El documental sigue el mismo hilo narrativo de los tres discos: ODISEA, SERENDIPIA y ÉXTASIS. Esta es una travesía en búsqueda de los tesoros ocultos del hip-hop. Estos pibes no buscan la fama ni la riqueza, se aclara al principio. Ellos saben que hay algo con un valor incalculable detrás de esos fetiches materiales, pero el camino a recorrer no será fácil. Aquí no hay una única respuesta sobre cómo llegar al tesoro prometido, porque cada uno tiene que cruzar un pasaje diferente para alcanzarlo.
Wicki y Galafassi supieron retratar un viaje hermoso e íntimo que expone mediante planos cerrados cómo el hip-hop tiene la capacidad de cambiar la vida de sus devotos. El rap es un proceso terapéutico mediante la palabra, que permite dilucidar las identidades de cada miembro de GBZ. Ellos escupen sobre sus aspiraciones y éxitos, pero también sobre sus miedos y batallas perdidas. El proceso demuestra que la música es una extensión de ellos mismos y mientras más pulan el arte de conocer quiénes son, su rap será cada vez más refinado y auténtico.
AKRIILA — epistolares
No es del todo claro qué hace epistolares en una lista rapera. Más allá del pasado reciente de Akri provocando incendios en el universo estético del trap soundcloudero, su música, aunque parezca un cliché, escapa a las etiquetas. Su compresión de géneros se puede conectar con Motomami de Rosalía y Rawr de Taichu; juntas hacen una tríada hispana que representa el contacto humano en un mundo online en plena década del 20, documentos para que estudien las generaciones futuras.
Para resumir epistolares no basta con una ecuación de centennial+géneros musicales+nacionalidad%2024. Akri tiene un toque exclusivo suyo para articular lo que sea que heartgaze, ego boy, vinco o cualquier otro productor le ofrezca. Pasa de entonar y frasear con voz de ardilla sobre Jersey Club a frontear boxeando un deconstructed club. Puede cerrar el disco con una tonada chilena tradicional después de haber bombeado en neoperreo y canturrear sobre drum ‘n bass escurridizo. Para todo tiene labia, muñeca y cintura y a ese todo lo transforma en AKRIILA.
Los militantes del pop, del reggaetón y del rap deberíamos guerrear por apropiarnos de un disco así. No es extraño que una amalgama de esas tres escuelas suceda de forma tan volátil y colorida en Chile, donde tienen algunas de sus bases más fuertes en Sudamérica.
Las únicas verdades se las heredó Teleradio Donoso: bailar y llorar. No tiene claro qué tan igual da cada cosa, qué tan superficial es su bienestar, por qué todo hace mal y es complicado. Es incrédula hasta del propio cariño que le tiene a su amante: “Yo no te quiero a ti / Solo necesito historias para poder escribir”. Se contradice y apuesta lo que gana, pero no deja de pedir por algo que se sienta real. AKRIILA huele a espíritu adolescente.
Alejito y Tom Acosta — No Gangsta Bars Vol. 3
Desde el vientre del Dirty Club, colectivo multifacético ubicado en Glew, Provincia de Buenos Aires, la tercera entrega de NGB muestra la faceta más completa y fresca de una pareja de rapero y productor que lleva años de existencia. El bagaje que Tom Acosta tiene como oyente se refleja en la amplitud de sonidos que es capaz de explorar como beatmaker en un mismo proyecto, sin perder ningún tipo de cohesión. Su pasión por los samples es un atributo que lo lleva al drumless, al plug, al boombap o lo que se le antoje. Un ejercicio que resulta mucho más fácil de poner en práctica con un compañero de andanzas con la misma versatilidad.
Con la nostalgia como fantasma de apariciones recurrentes, Alejito cuenta sus aventuras mientras él y todo el Dirty Club persiguen una vida mejor. “Pensá en los tiempos bellos y quedate con ellos”, sugiere en “Uri Geller”. Mientras la plata y el tiempo no alcanzan, los recuerdos actúan como refugio y los seres queridos como motor para seguir, o viceversa. Es en medio de esa búsqueda que a Alejito le surgen cuestionamientos internos a resolver: “A mi yo de quince años no sé si le soy sincero”. También reconoce, sin embargo, cierta mutilación propia en el nivel de introspección al que se somete. A pesar de las dudas existenciales que puedan aparecer en su cabeza, el rapero de Glew encuentra en los suyos un motivo para seguir.
Ana Milagros — Stella Novae
Boquiabiertos quedaron muchos a partir del disco debut de la santafesina Ana Milagros, en el que abarcó una exultante versatilidad. Trabajar con una variedad de productores como Valbeats, DJ Secio, Yul0, Valhalla y Cofran Olima le permitió abrir un abanico amplísimo de perfiles en los cuales puede programarse su voz. Todos, sin embargo, con la coherencia de la estrella de la sapiencia que demuestra ser. Firme en sus convicciones y sólida en su talento, Ana Milagros conquistó un hito complicado: el de soltar esta carta de presentación discográfica y que todos los que estábamos esperándolo quedemos con la panza llena.
Ya demostró una lucidez nítida en cuanto a su lectura del panorama y cómo insertarse en él desde su autenticidad, en cuanto a cómo prestarnos su lente para ver las cosas como ella las ve. Entre bilingüismo y jerga local, nos habla en el idioma de la verdad y nos hace conocerla en su totalidad artística. Dibuja lo que decide soltar y lo que decide retener en un movimiento valiente. Stella Novae es consistente y explosivo, a la par de sus performances en vivo, y nos permite disfrutarlo de principio a fin. Esta impoluta artista tiene un futuro imponente, una actitud predadora de espacios que gana paso a paso con su labia y sus buenas decisiones.
Broke Carrey — Río de la Plata
Broke Carrey siempre se ha caracterizado por ser un artista que impacta: la curiosidad y experimentación en sus pistas, sumados a su agresivo delivery, le han permitido definir su sonido en tan solo un disco (Buenos Aires Motel, 2022) y dos EPs: BAM: LA SUITE y su último trabajo, Río de la Plata. Tres temas le bastaron a Carrito para canalizar su ira y reflejar el enojo de una gran parte de la población argentina hoy en día, todo sobre una base musical que trae los ritmos locales al 2024.
“Distinto” encara rápidamente los problemas que atraviesa el rapero hoy en día: lidiar con el éxito, la hipocresía, y cómo chocan y convergen nuestros valores de casa con el mundo que nos rodea. Con un clima más sombrio, vemos a Broke Carrey cantando “Señales de Humo” mientras patea por la ciudad y sigue reflexionando sobre el lugar donde nació, la fama y las vueltas de la vida, siempre con esa mirada crítica. Si sobre lo agridulce del éxito J Cole decía: “What good is first class if my niggas can’t seat?”, el filtro crudo de Broke Carrey lo lleva a sentenciar “¿Quién mierda quiere un Gardel de oro si en fin de año estás brindando solo?”.
La bronca e impotencia se canalizan en “Montonero”, el tema que cierra, con una de las barras más llamativas este año (“Quiero morir por los míos como un montonero”), que puede ser leída como una valiente demostración de compromiso, o como una reinvindicación que busca provocar. Como en todo, la belleza está en los ojos de quien admira. Tres temas le bastaron a Carrito para recordarnos que hay mucho por qué estar enojados, solo hay que levantar la cabeza y mirar alrededor.
—Martín Córdova
Cerounno y Vinyltracker — De Camino Al Palacio
La vida no se trata de alcanzar objetivos, cumplir metas o hacer sueños realidad. En la odisea que cada uno atraviesa, los nortes son motores que hacen que la rueda siga girando, no más que eso. La existencia planteada al interior del relato meritocrático del mundo exitista donde la posmodernidad nos sumergió hace ya rato pareciera resumirse a una pista de carreras: triunfa aquel que más veces alcanza a ver la bandera a cuadros. Sin embargo, todavía hay artistas que nos invitan a disfrutar de lo más lindo de cualquier conquista: el camino.
Con el pasar del tiempo y los proyectos, la discografía de Cerounno y Vinyltracker sigue convirtiéndose en una bitácora de viaje. En esta tercera entrega de su diario íntimo, el dúo de José C. Paz propone a los suyos que los acompañen en el trayecto más ambicioso que recorrieron: un recorrido que culmina en las puertas del éxito. El Chiqui pinta el paisaje sonoro perfecto para la campaña medieval que ambos se proponen emprender. En esta fantástica cruzada, en la que están acompañados por todo un ejército, hay encuentros con príncipes, asambleas con aliados y pantanos difíciles de cruzar.
En todo camino del héroe, los protagonistas deben atravesar cierta metamorfosis psíquica y filosófica para superar los obstáculos que se les aparecen. En esta cabalgata hacia el palacio, los fundadores de la Corporación 1665 abandonan el lugar de jóvenes promesas para convertirse en referentes de un movimiento en alza. No saben que los espera al final del camino, pero están seguros de tener la suerte de su lado: “A la conquista fui sin cábala, desde Jose C. Paz a Málaga”.
choosey — Mitosis en el estudio
Los años de destape musical que está teniendo la Patagonia argentina vienen bordados con la capacidad de producir artistas jóvenes que se vuelven punta de lanza en sus áreas de trabajo. El caso de choosey, de Trelew, es de una multidimensionalidad interesante. Mitosis en el estudio, disco de apenas media hora dividida en 12 tracks, cuenta con elementos eclécticos que generan un cambalache efectivo e hipnótico. Conviven Los Peques y María Elena Walsh con los alemanes de Snap!, se cruza Sui Generis con “Papichulo”, imitaciones a Fito Paez respiran el mismo aire que pequeñas odas a la cumbia local. Son incontables combinaciones de alguien que sabe traducir su humor y sarcasmo a sus letras pero también a las múltiples capas de samples y sonidos, con el don de ser atrevido de forma natural, sin forzarlo. La participación de Stiffy en “BeastieBoyZZZ”, uno de los temas más divertidos del disco, es una caricia hacia ese lado, pero no es algo que dejemos de escuchar en el resto de los temas.
Brilla la infinidad de guiños y menciones a elementos de la cultura y la sociedad local, bien ensambladas al espíritu descuajeringado pero más que funcional de la música de choosey. Es un sonido futurista a partir, justamente, de elementos que nos transportan hacia atrás: una chispa violenta que se enciende a partir de una publicidad antipiratería de los 2000; muestras de ADN de reggaetones viejos sobre los que se vuelcan letras fresquísimas; Frankensteins musicales que cobran vida, se despiertan y nos seducen. A su lado, versos compuestos con el calibre a la altura del rap que recorre la Argentina durante estos años: pícaro y rebelde al molde.
Cielorroto — Fiebre Del Vino
“Cielorroto no es para nenes consentidos / Es el amor de la calle entre el odio y el frío”, reza Alsina Carson en “Fiebre de Angurria”, una consigna que resume en gran parte el espíritu del dúo que compone junto a Nn Carvalho. Los oriundos de Buenos Aires publicaron este año su esperado debut, en donde exploran las ventajas que ofrecen las experiencias compartidas en el viaje de la autoexploración. Este álbum habita plazas porteñas heladas por el invierno, rincones de una metrópolis a donde la luz no llega por lo cara que cuesta, viajes a la naturaleza con amigos.
Los momentos más tristes, los traumas y los anhelos se entrelazan en lo narrado por dos protagonistas que parecieran haber encontrado en el rapeo algo más cercano a una sanación que a una pasión. Salvo “Fiebre de Angurria”, producida por Joc Beats y Tobias Mattioli, las atmosféricas instrumentales son de 3458thw, que les permite a los dos MCs mostrar un profundo respeto por una cultura hip-hop que no temen cuestionar de ser necesario. “Las marcas en la piel, no en el textil”, expresa Carvalho.
La Fiebre Del Vino pinta paisajes adulterados por un estado febril donde toda reflexión lleva a más preguntas y las conclusiones se pisan entre sí. Pero ellos no parecieran temerle a esa incertidumbre, por el contrario, la disfrutan y eso les permite profundizar en ella.
Colu y Yeiso — SIN LA S
TKN Nuevo Norte nace con la intención de propulsar a los artistas tucumanos, exponiendo su talento para "poner en el mapa a la nueva tierra prometida del hip-hop". Con un festival propio y un regio malón de nombres, la provincia del sánguche de milanesa viene generando discos (Maicarron) y exponentes (The Yulian, Geronimo) propensos a rayar la frontera. Los Colu y Yeiso (Juan Cruz Alonso y Tomás Cristóbal) van de frente con un álbum de bases jazzeras y letras de doble carril: la pulsión autogestiva, referencias deportivas y el descueve proveniente de un cuerpo que carece de las ventajas del centro pero no se amedrenta.
La visión de este equipo no es difusa, frente a un espejo siempre húmedo se recorta una imagen de dos vagos que arrancan con cita de Ricardo Iorio, cargan al líder de Sumo y mantienen la distancia temporal también para sus ansias eróticas: la guacha modelo no es la de los titulares de turno, el recuerdo es de Susana Giménez. “Soy más lejos de lo que vos pensás que es lejos", y habrá que subirse al bondi para saber qué elementos —aparte de la humita y la enroscada forma de pronunciar las erres a oídos externos— ostenta Tucumán para que les pegue así.
Cookin Soul
Así como en la actualidad se ha hecho común calificar de GOAT a cualquier persona en el mundo, la popular frase “Let him cook!” se ha vuelto un meme. Ambas amplican para el coicnero de beats que lleva la sazón del rap en español desde hace tiempo: Cookin Soul.
El productor español tuvo un 2024 de espectáculo, haciendo relucir lo mejor de personajes que se deslizan por territorios fuera del mainstream como Raz Fresco y logrando momentos de alto impacto en la cultura como juntar a Mucho Muchacho y Cruz Cafuné con Yung Beef, al mismo tiempo que logró y una especie de tema salsero con el MC granadino en “COCOTASO”, para rendir un verdadero tributo al bajo mundo y los rapeos que lo narran.
Lil Supa tira algunas de sus barras más personales en “The Pure” —junto con Dano y ese chanteo de “They see me rollin’” que no tiene igual— y Pablo Chill-E logra resumir su historia de vida en “PINK FLOYD”. “No te gustan los negros pero amáis a Drake”, rapea Kid Frankie en “MAKE IT HOT” del mixtape SHOWTIME, en la que también desfila el mexicano Muelas De Gallo. Él lo remata en dos líneas: “Yo no soy la cabra, yo soy el pastor / yo no soy la cabra, soy ‘¡Cookin Soul!’”.
Dano – “Low Budget Cam´ron Freestyle”
Tan solo unos días después de estrenar el 2024, la escena de rap en español celebró una sorpresa de gran peso simbólico: la participación de Dano en Off Top, de Top Shelf Premium, con un freestyle que muchos no dudaron en calificar de histórico: era el primero en español de todo el proyecto.
Grabado en New York sobre un beat de Zoomo —“una bestia en los beats”, como declaró el argentino—, en “Low Budget Cam’ron Freestyle” Dano volvió a hacer gala de su estilo y sus barras. No solo fue un nuevo logro en su carrera, sino un hito cultural: recordemos que por Off Top han pasado artistas de la talla de Che Noir, Benny The Butcher o Rome Streetz.
Fue un comienzo de año inmejorable para Dano, que no bajó el nivel desde entonces con numerosas colaboraciones donde dejó destellos de su valía: Mir Nicolás —uno de los nombres propios de este año—, Cres, Solok.Os, Lara91K, Ill Pekeño e Israel B. Fue una excelente forma de seguir activo y mantener vivo ese gusanillo que mueve a los artistas.
Dillom — Por Cesárea
Dillom es la nueva adición a la familia de los bichos raros del hip-hop. En su currículo está haber fingido su muerte para promocionar su álbum debut, presumir de ir al club con el pito afuera en una sesión de Bizarrap, y, finalmente, haber construido la obra conceptual más ambiciosa de la música hispana del 2024. Por Cesárea es un thriller psicológico con una profundidad narrativa loable que se resiste enfáticamente a ser embotellado en una etiqueta: electrónica, rock y rap son puntos equidistantes en la construcción del sonido. Estos pretextos creativos sirven más como fundamento estético para ambientar las aventuras perversas de su protagonista que para satisfacer los caprichos del público rockero en orfandad. Con este álbum, Dylan sella la promesa de Post Mortem y cobra su merecido puesto en el jardín de los bichos raros; hogar de artistas que despiertan la admiración y rechazo de millones, punto de encuentro de especímenes de la talla de Eminem o Tyler, The Creator, ambos presentes en el espíritu del disco. Como ellos, Dillom se mantiene fiel a sus pulsiones creativas más profundas, huye obsesivamente de los clichés y enriquece sus universos desde la irreverencia. Como ellos, ha alterado el curso del hip-hop para bien. Algunos de los bichos raros utilizaron el neo-soul, otros el horrorcore, otros tantos el rock. Da igual la forma, el fin es lo que importa: Dillom rompió algo en la cultura una vez más.
Doly Flackko & Emirsito — Piola Vago
Si Hotel Patagonia ya era una mixtape meritoria de aparecer en cualquier lista de fin de año respetable, la mención a Piola Vago este 2024 es indiscutible, y esta afirmación tiene un peso significativo, entendiendo que hablamos del año del hip hop argentino. La razón del éxito de Piola Vago radica en la consciencia que Doly Flackko y Emirsito tienen de sus virtudes y carencias, consciencia que los ha encaminado a ser los referentes por default del Detroit trap argento. Piola Vago fundamenta su atractivo en el carisma hipnotizante de Doly y en lo abarcativo de los materiales narrativos que utiliza, modus operandi que le permite sugerirle a sus opps que vayan a una sesión de terapia en vez de una con Bizarrap, apropiarse de la portada de la última obra maestra de Willie Colón y Héctor Lavoe, narrar hazañas callejeras, explorar el lunfardo y hacer que todo esto tenga sentido. Con esta mixtape, Doly Flackko y Emirsito nos siguen dando razones para creer en el porvenir del trap argentino, y para más nobleza aún, todo esto transcurre mientras arrojan luz a la escena de Río Gallegos. Esos son motivos suficientes para alzar la copa y brindar.
Efervescencia de la nueva escuela
Una parte de la nueva generación del Cono Sur venía moviendo el piso desde 2018 usando SoundCloud como trinchera y laboratorio de experimentación. Esta camada de nativos digitales supo usar la pandemia para trazar redes a nivel internacional y sumergirse en el aspecto lúdico de la producción para disparar decenas de estilos por mes. Se trata de una generación fervorosa, que juega constantemente con el humor, que se la pasa tironeando la soga de lo correcto y realmente no le importa si se corta: esa es la idea.
Las referencias son cada vez más específicas, más locales, pero con la musicalidad en constante conversación con lo anglo: véase a Choosey rapeando como un personaje de la serie argentina Los Peques teniendo como referencia sonora a los Beastie Boys, o Joshu Joshu hablando de SADAIC sobre la intro de la serie estadounidese ALF.
En este espacio digital lo irrisorio y lo intempestivo corren a toda prisa, pero también hay lugar para lo profundo, lo sensible y lo introspectivo. En “mucho, poquito y nada”, Akrilla no puede vivir lo que siente, mientras que Saramalacara rememora aquellos lugares donde más feliz era.
Esa dualidad entre la exaltación y la delicadeza es posible en un mismo encuadre porque el mundo digital-terrenal donde transitan estos artistas es el nuevo espacio conquistado. Impulsados por la adrenalina y la curiosidad de quien hace algo por primera vez de forma lúdica e intuitiva, así es como encuentran un resguardo donde explotar y explorar ambos mundos.
Error 999 — Del Hito
Noches de graffiti, de dejar bombas y tags en la capital, inspiraron a Error para este álbum, como lo pinta Load42 en la portada. Del Hito es un recorrido por Bogotá, lleno de recuerdos y detalles de cada barrio, un recorrido tan enérgico como las baterías del disco. Las letras de Error son memorias de su vida: de rap, de películas, de libros y de historia. Todo eso es él. No se trata solo de lo que pinta, sino de lo que piensa mientras pinta, de lo que ha aprendido.
En la música tiene el mismo nivel de exigencia que cuando pinta. Del Hito es rap serio, para no parar de mover el cuello, boom bap de calidad. El ucraniano Stasevich, la mente maestra del último disco de Onyx, está detrás del sonido, y Mismo Perro y Ecks se encargan de los scratches. El álbum está hecho con el corazón. Inicia con un shout out masivo de colegas y amigos con quienes ha cruzado camino y cierra con las palabras de su mamá, deseándole éxito con su disco. Los únicos dos invitados son con los que empezó a rapear, Los Niños Invisibles, Hardem y Saga. Estos hitos y delitos también son colectivos.
Faenna y Manu Beats — Julia y Manuel
Lole y Manuel fueron un dúo clave en la renovación e impulso del nuevo flamenco en los años 80. Faenna y Manu Beats homenajean a la pareja andaluza a través de una estética clásica, una sonoridad pulcra y tradicional rematada con el barniz contemporáneo de nuestra época. Lejos de imágenes estridentes, Lamborghinis, oros en los dientes, ubicaciones de lujo y todos aquellos fetiches del rap, hay algo en lo que se apoya este trabajo que es aún más rap: la palabra. Una palabra que es engrasada a las mil maravillas con el aceite esencial de las instrumentales de Manu Beats, extraídos de rincones del alma a los que solo él puede acceder: sus bases evocan el imaginario folclórico de aquellos años, y destacan el predominio de guitarras agresivas flamencas en “Tarantos” o de los instrumentos tradicionales de viento como la flauta en “La Niña de los Peines” o “Suspiro”. Los rapeos de la malagueña son directos, sin rodeos y al tuétano. De su voz y deje se extrae honestidad y seguridad en sí misma a la vez que una rabia contenida. Es una ira que, en cuanto canaliza y llega a sus cuerdas vocales, prende como gasolina creando este fuego artístico. Desde el sur, Faenna ya es una de las brújulas con las que seguir el norte del rap en español y su gran álbum en solitario aún está por venir. Ojalá que en la próxima edición del Rap Sin Cuenta estemos escribiendo sobre él.
Foyone — Demoni
Una de las propuestas más ambiciosas que nos ha dejado este año el rap en español ha venido de las manos de Foyone. Atreverse a reinventarse es quizá uno de los mayores desafíos que nos plantea el arte, y dar un paso al frente para redefinirse y hacerlo de una manera tan profudna como ha hecho Foyone en Demoni no es sencillo. Bien llevados, este tipo de movimientos acaban acrecentando el respeto del público por el artista.
Poniendo sobre la mesa un álbum conceptual, Foyone nos invita en Demoni y Demoni 2 a un viaje que parte del veneno de la ambición —de esos demonios que habitan una oscuridad que en ocasiones es capaz de ahogarnos— para llevarnos finalmente a esa luz donde podemos liberarnos de las cruces que cargamos. Es un trabajo cuidado al detalle en el que Foyone ha vuelto a dar un espacio privilegiado a lo audiovisual, creando prácticamente cine.
Con el grueso de la producción en manos de Sceno, productor habitual del malagueño, este disco incluye detalles sonoros minuciosos, plasmados por músicos tan talentosos y dispares como Moneo, Escandaloso Xpósito, Manu Flores o Gabriel Fernández, entre otros. Foyone nos ha incitado con su obra a salir de la zona de confort. Necesitamos más mentes como las suyas en el rap, mentes “acelerás”, pero bien puestas.
Historietas, personajes de ficción y paisajes sonoros
Léase el título más allá de la simplificación: hablamos de que muchos de los proyectos que se presentaron en el 2024 se calzaron la 10 en términos propositivos: El Kalvo teatralizando desgracias en programas radiales; Varoner e Irivrte boceteando la Chicago de Batman en la Rosario contemporánea; Manu Beats y Faenna retratando el antaño a través de la mirada cámara digital; Huda profundizando su intranquilidad a la luz de la vela; el Cerounno escribiendo la historia de atrás para adelante hasta llegar a su palacio; 3M5, Nichess One, Marc Ginale y Castellanos haciendo micro retratos de la Venezuela que no siempre tiene prensa.
Los raperos se vuelven guionistas, los productores son directores de cámara. La dupla se profundiza para transportar a los oyentes en universos fantásticos, toman lo ajeno por asalto para traducir sus propias inquietudes. La teatralización del rapeo y la construcción de paisajes sonoros se hacen carne cuando se entiende que las herramientas que tienen pueden escapar del esquema musical habitué porque la creatividad no tiene techo. Cada trabajo abre una puerta a un nuevo mundo de posibilidades. Cuando el hambre de expresión es total ya no alcanza con canibalizar otros géneros musicales, todo es una referencia: las historietas, las películas, la radio, el teatro, las crónicas, los libros. Las posibilidades de traducción son infinitas.
Huda — Jamila
Llevaba tiempo dando exquisitas pinceladas musicales y demostrando su potencial como artista, motivo por el que muchos de nosotros ansiábamos que Huda presentara en algún momento su disco debut. Y en este 2024 llegó Jamila para corroborar lo que ya intuíamos: que estamos ante los primeros pasos de una carrera que puede ser de fondo.
Jamila es un álbum íntimo que apela a la necesidad de que las cosas importantes, como la familia, vayan siempre por delante en una vida convertida en muchas ocasiones en un desafío más que en un destino. Con el corazón por delante y una sensibilidad especial que le hace conectar de manera natural con el oyente, este disco es un claro ejemplo del poder que tiene el hecho de mostrarse humano en la música, de transmitir verdad. Hacer música que apele a las emociones es un arte al alcance solo de unos cuantos.
Illink, productor inseparable de la artista, y $kyhook han conseguido dotar a la producción de Jamila de una versatilidad que hace que el álbum no decaiga en ningún momento. Un disco que gana con cada escucha y que, con toda probabilidad, seguirá sonando atemporal con el paso del tiempo. Es un trabajo que aúna culturas y nos trae reminiscencias de esos sonidos del rap francés con los que muchos hemos crecido. Huda tiene el potencial necesario para quedarse el podio. Que Dios ampare a todo el que se le ponga delante.
Ill Pekeño - P.E.K.E
Ill Pekeño recoge lo sembrado. Después de una ristra de EPs conjuntos con Ergo Pro, la mano derecha de su colectivo MG Knowledge, el Peke publicó su primer álbum en solitario: P.E.K.E (Poca Estatura Korazón Enorme). Cinco años han pasado desde que en 2019 el rapero madrileño publicara un trabajo en solitario, entonces fue San Cucufato, un trabajo de menos de veinte minutos donde predomina el boom-bap más ortodoxo. Aquel EP contaba únicamente con dos productores, EddyMugre y HK.MAD, y en P.E.K.E , sin embargo, hay siete productores diferentes para nueve canciones: A.Dense, LOWLIGHT, Persa, Gese da O, Dano, Tensei One y Marlei San. Este dato es clave para entender la pulsión y el color del nuevo álbum. Hay producciones con sintes estridentes (“Napoleón”), riffs de guitarra (“P.E.K.E” y “Buscavidaa”) o composiciones soleadas (“QB Players”). El rapero de Orcasitas se pasea con su escritura realista, afilada y honesta por esta gran variedad de sonidos. Entre guiños al videojuego Metal Gear, homenajes a la escena de graffiti madrileña en “Wanted Mag”, el storytelling de las mundanas peripecias por el barrio en “Un día cualquiera” y el orgullo de todo lo conseguido en la luminosa “Street Dreams”, referencia al tema homónimo de Nas, P.E.K.E es un disco celebratorio donde, aparte de brindar por todos los que le han acompañado en este camino, también brinda por él mismo. Ya tocaba.
Jamblock Jr — Dogs Have No Hell
Sombrío y misterioso, así es Jamblock, un estudiante disciplinado del hip-hop. Consciente de sus códigos, investiga, se prepara y dedica horas a su arte. ¿El resultado? Rimas filosas, que dispara lentamente para que no queden dudas de sus palabras. Es una de las insignias de la nueva ola del rap rolo.
Dogs Have No Hell es un compendio de canciones que escribió durante cuatro años —incluso antes de Dogs on Earth, su segundo disco— mientras hacía malabares con su vida en otro trabajo para lograr algún día dedicarse a tiempo completo a la música. MC Kno, Mseco, Hardem y Fundamento Under son los secuaces que lo acompañan en su travesía y le dan al álbum matices diferentes que se complementan bien con el estilo del de Soacha.
DHNH es una hora completa de rap serio. Hay lugar para reflexiones, storytelling y tracks competitivos, que se acompañan de instrumentales producidas por Il Tano, Demencia Lírica, Da Boomhead, Tarolin, Aven Rec y él mismo en una canción. Es una atmósfera callejera y lúgubre. Es Bogotá.
Junior Zamora — Joyas del Barrio
En las calles destapadas del pueblo de mi papá se jugaba fútbol y en los recesos comían salchichón y Pony Malta. Esta tradición se mantiene en territorios más grandes. En Cali, por ejemplo, no falta el parche que llega con las rodillas peladas después de creerse Riquelme, aunque de fondo no suene un tango sino la salsita de Ismael Rivera. Junior Zamora, describe así su infancia: “Demostré con hechos cómo es que se hace / Con la diez, Juan Román, gol y pase”. Pero su cancha ya no es la calle sino la tarima, un camino que va en contravía de los deseos de su familia. “Lo sé, no soy el hijo que esperabas / Querías un militar, salí cantante”. Esta dicotomía se refleja en quince canciones en donde la amistad, el territorio y los sueños convergen en un mismo espacio, dándole cabida a distintos géneros como el bolero, el rap y el trap. El autor de Joyas del Barrio se abre el pecho para entregar un disco dinámico que toca sus entrañas y que deja visible sus raíces y su voluntad por seguir explorando.
El Kalvo — Los Tres Golpes
“A veces no se quien soy, a veces no me interesa”, dice El Kalvo en “He Sido”. Es una afirmación cuestionable, ya que a lo largo de los diecisiete temas que hacen el disco, nos queda claro que el rapero bogotano sabe muy bien quién es y cómo llegó a serlo. Aunque no lo parezca, Los Tres Golpes es un trabajo muy personal.
Se habló mucho del leitmotiv más fuerte del disco: la comida. En el discurso vemos la comida como eje central, siendo alimento, ritual, punto de encuentro, o hasta símbolo político. Los Tres Golpes es un banquete, una mezcla de sabores y texturas que van saciándonos, proponiendo nuevos gustos. El Kalvo desglosa su vida entre calles bogotanas, su infancia, sus reflexiones, todo mientras pinta un muy colorido universo que aporta frescura al rap colombiano y latino.
Los Tres Golpes también es un disco de contrastes. El adictivo beat de “Alivio”, contrapuesto a la lúdica colaboración con La Muchacha, “Lero Lero”, marcan bien los colores que hacen este disco uno de los proyectos más interesantes del rap latino en todo el 2024, e incluso, uno que por lo basto de su universo, podría servir para hacer escuela.
—Martín Córdova
Kei Linch — Dulcinea
“¿Quién dijo que me importa el respeto de quien no estuvo? / Si tengo el de los míos, todos referentes tuyos”, rapea Kei Linch en “Furyosa”. Esa rima resume gran parte de Dulcinea, su álbum debut. El repertorio puede dividirse en dos partes, la romántica y la competi. En la primera se encuentra la artista experimental: canciones como “Tú m haces mal .l.” y “Ay amor” son la definición de salirse de la zona de confort. Por la parte más afilada, esa donde las barras son el principal atractivo, “Kruela >:)” e “Iss$shhh” les demuestran a sus compañeros de gremio porqué Kei Linch está donde está. “No me salté el proceso es que yo me hice el mío / Preguntan de dónde he salido y yo solo me río / Usted es calle y yo soy barrio, ¿no lo han entendido?”. Lo que podría haber resultado como una mezcla incoherente resulta fresca, es una propuesta innovadora para el rap del centro del país que a veces puede caer en la monotonía. Sin duda, los focos seguirán puestos en la rapera madrileña.
MC Ari & El Arkeólogo — El Rey Solo
Cuando se habla del rap colombiano es común referirse al que se gesta en el interior del país, Bogotá, Medellín y Cali son las ciudades que suelen tenerse en cuenta. Pero, ¿y el resto? Que en el Caribe predomine la champeta no significa que el rap no se asome por las esquinas, o más bien, por las palabras escritas por L’Xuasma y MC Ari. Ellos son La Tina del Caribe, y Ari entregó uno de los álbumes más concisos del año junto a El Arkeólogo.
El Rey Solo no es únicamente un disco sobre la emigración sino también sobre la vida del MC cartagenero. Este es su proyecto más introspectivo, canciones como “PASAPORTE”, “DOBLE BLANCO” y “COBARDES” dan prueba de ello. Pero el punto más emotivo es “JAZMÍN”, una versión de “Letter 2 my unborn” de 2Pac en esteroides: no hay forma de no erizarse al escuchar cada verso de esta carta dolorosa a su hija que lo acompaña aunque no esté físicamente con él.
Los beats no se quedan atrás. La cuidadosa curaduría de El Arkeólogo es consecuencia de los años de experiencia. Temas como “MAGIA” y “QUIÉN?” además de ser rompecuellos, evidencian la sincronía de la dupla, que comparte trabajos y afectos con los que se teje una amistad sólida y evolutiva. Cada vez lo hacen mejor.
Mir Nicolás — SP.I.
Se dice que Argentina siempre está en crisis, pero la de hoy en día tiene tintes ideológicos y espirituales difíciles de obviar. Como es costumbre, en medio de esta turbulencia existencial la música respondió: quizá no desde consignas políticas, pero sí mediante recursos más enigmáticos y enriquecedores para el espíritu creativo. Hablar de las grandes obras de la música argentina de este año nos lleva a trazar un punto en común: existe una insistencia obsesiva por rescatar lo autóctono, por tributar la idiosincrasia propia, por honrar la grandeza cultural que ha hecho a esta una tierra de grandes artistas e intelectuales. Y hablando de grandeza, es difícil encontrar otro disco de rap hispano del 2024 que encapsule tan efectivamente el sentir de su tierra como SP.I. de Mir Nicolás. La búsqueda de honrar a los grandes de la música nacional no se limita a caer únicamente en lugares comunes (como samplear “La Grasa de las capitales” o “Fermín”), sino que las obsesiones de Nico como hurgador de archivo y melómano llegan hasta el rock progresivo tucumano, el jazz-rock porteño, Rubén Rada, guiños a Piazzolla y demás gestos de admiración hacia el folclore rioplatense.
Eso en cuanto a la colosal construcción sonora. Hablando estrictamente de los raps, Mir Nico llegó con el apetito de mil titanes para reclamar una corona que venía olfateando desde La ciencia de las malas mañas o 29; con SP.I. altera la morfología del rap hispano, conversa con el argot popular argentino, exprime las multisilábicas hasta que no quede ni una gota y encuentra momentos de profunda introspección. En el año del beef entre Kendrick Lamar y Drake, la triste partida de Ka, y el triunfo de Mach Hommy y Roc Marciano, no es descabellado decir que la copa del rap se alzó en el sur del sur del globo; y eso se lo debemos en gran parte al desempeño histórico de Mir Nicolás.
Muerejoven — La vida real
Después de irrumpir en bloque y moverse como jugadores dispuestos a resolver una misión bélica, los miembros de la RIPGANG abrieron filas y comenzaron a interactuar con sus inquietudes personales. En cada celda, una esfera creativa lista para explotar en público. Junto a las zonas afluentes que se tocan entre sí, un punto que los mantiene agrupados es el desarrollo de una historia que construya mundos propios. El ecosistema del grupo alternativo de la muerte comprende relatos de la deshumanización en el mundo digital, la búsqueda por encontrar el sonido del Buenos Aires contemporáneo o la curva del Muere, que parece que anda con el bloc de notas siempre abierto, listo para los remates más desopilantes del rap argentino.
La urgencia de Nicolás parece provenir de su lucidez para construir los chistes, donde hay espacio para recordar la sepultura mediática del ex Presidente de la Nación y demostrar que la narrativa argentina sobre la esquizofrenia latente que provoca la inflación económica aún no se agotó. La prueba es "Presidentes muertos".
El sentido del humor, ese recurso que para muchos es capaz de devaluar la robustez del arte, en Muere se encarna como fantasía adolescente. El rapero recurre al desacato: si Términos y Condiciones proponía una aventura del West Coast criollo, La vida real se desviste de uniforme y empasta la efectividad con chanzas de todas las medidas. Rap. Rap para divertirse.
Lego Skillz & Bullz - OFFSEASON
Lego Skillz, ese MC nacido en Mar del Plata e hijo de la MundialistaCrew que asomó su cabeza (y el torso entero) con "Papiroflexia" hace seis años, largó en mayo de este año OFFSEASON, un EP de poco más de siete minutos, que se los reparten tres canciones y una intro. Con el mismo nivel de egotrip y algunos recursos nuevos (el rapeo jadeando, como también hizo en nuestro idioma Abhir en BROWN BOY el año pasado), Lego Skillz sigue decorando sus punchlines con sus intereses deportivos: el fútbol y el básquet. Y si en "Papiroflexia" lucía la camiseta de Kobe Bryant y la del Leicester debajo, ahora actualiza con rimas sobre Valentín Barco (promesa desinflada salida de Boca) y se sofistica clavando unas Jordan y el trofeo Larry O'Brien en la portada. Con la perilla de multisilábicas apenas más abajo, Lego le encuentra otra vuelta de rosca a los juegos de palabras. Lo que antes era un entusiasta que dejaba de lado la coherencia de sus palabras en pos de lo estético de las rimas, ahora es un rapero hecho y derecho que no resigna una sola línea con sentido. En eso, él encuentra un acierto: "Vos ves un cambio, yo resultados".
N. Hardem — Mal de Altura
La portada de Mal de Altura nos desorienta. Vemos la fotografía de Juan José Ortiz-Arenas desde abajo: N. Hardem, o la suela de su zapatilla, recortado contra una antena que rasca las nubes de Bogotá, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, suficientes como para marear al extranjero. Hardem nos aplasta —este álbum se puede leer como su retorno a la competición luego de Verdor—, o estamos cayendo con él, o lo vemos caer desde la cima. O todas a la vez. El séptimo disco del rapero bogotano, su segundo álbum, fractura las categorías estables, esperadas, y encuentra triunfo en la la dificultad (“Víctima de mi invento como Murcia Guzmán / Pero lo intento, ustedes no hacen nada, nunca ni van”, admite en “CÓRCEGA”, en colaboración con el español SD Kong) y sinsabor en la victoria (“No es el trofeo, es el alivio que hay detrás / Y el equilibrio corcovea, y lo que se volea pa’ conseguirlo”, concede en “INTERNACIONAL WELTER”). Esta es una mirada más curtida que la del Hardem que debutó hace diez años con Cine Negro. Es esa madurez la que intensifica un grito de supervivencia como el de “AIR”, producida por el canadiense Nicholas Craven, o el del “NÃO MORRI”, con un beat estremecedor cortesía de El Arkeólogo: pese a todo, Hardem no ha muerto, no se rinde.
Nico Miseria — Yo No Soy Yo
El cloud rap y el drumless parecen lejanos, cada uno a un extremo del rap sureño y el de la Costa Este. Durante los últimos catorce años ambos han servido como base para la exploración sonora en los dos campos más grandes del hip-hop. En Estados Unidos no se tocan, las presencias totémicas de DJ Screw y Ghostface Killah señalan sendas distintas, pero en Almansa, España, toda distancia es virtual. Las antenas de Nico Miseria fueron las primeras en percibir que su cruce era tan natural como la evolución de los dialectos. Samplea flows crujientes de Memphis rap y un arpa luminosa en un mismo .wav. Es imposible saber cuál apareció primero, pero es certero que nadie más lo hace así.
Nico no sabe lo que es “a simple vista”. Cuando ve, ve el esfuerzo que hay detrás de cada cosa. Por eso nunca llega a odiar el dinero. Se viste de sacrificio, lo empuña y lo hace canción. Si contempla su reflejo, las primeras palabras que le salen son: “Le faltan horas al día pa' tanto joseo”. Ve todo el esfuerzo de su madre, cada uno de los treinta y tres años, once meses y veintisiete días que sin chistar trabajó para sostener el hogar. Aunque ya haya tenido su viaje del héroe, sigue dejando todo, porque es lo único que conoce.
Yo No Soy Yo es un rompecabezas hecho de un autorretrato inconcluso. Si Nico empieza a hablar de sí mismo siempre termina hablando de los demás. Por eso lo lógico es que Erik Urano, invitado en “Corazones de Diamantes”, lo defina rapeando sobre relojeros y escritores sin regalías ni elección sobre sus destinos. Su síntesis y definición de los sacrificados como Nico es la más certera:
“Comprando flores ya muertas para esos muertos
Y tiempo para poder vender más tiempo
Cortado con otro tiempo y pesado exacto
Presente roto y legado intacto
Para mis yonquis de lo perpetuo”.
Las Ninyas del Corro — Bitches In Business
Felinna Vallejo y Laura Bonsai son las amigas íntimas de las chicas. Cuando una escucha Bitches In Business puede oler el vino blanco que se bebe en una pijamada, pero también sentir la cadenita de un varón que se mece una y otra vez sobre el rostro sudado de una noche exitosa. Barras como “Make my pussy cry, ciclón tropical / Emerge de mis aguas, eres Yucatán” y “No es Tobey Maguire pero saca los dedos y floto” podrían ser frases extraídas de una conversación cualquiera entre mujeres que tardean. Y, como en cualquier diálogo entre pares, hay espacio para todo: la sinceridad, la nostalgia, la sensibilidad, la comedia y cómo no, la vanagloria.
Esse Delgado, el productor de gran parte del disco, se acopla a los distintos arcos con excelencia, no importa si se trata de una canción melodiosa o de trap, él acierta. Colaboraciones como las de Cruz Cafuné y LaBlackie brindan los momentos más divertidos del álbum. En “Deena, Snooki & Jwoww” hay un sinfín de referencias a la serie de realities shows más icónicos de la televisión, los Shore. “Eres Mane en Super Shore y yo el guantón de Elettra (Con la precisión de Picasso)”. Ambas presumen su habilidad con las palabras y superan el reto que les pesaba en la espalda de sobrepasar un álbum debut impecable como lo fue Onna Bugeisha. Ahora, tras demostrar porqué sus nombres pesan, dejan sedientos a todos los groupies y las fans de más rimas groseras.
N-Wise Allah — “Los Thugs También Lloran”
Las apariciones de N-Wise Allah son como los cometas: escasas y estelares. En junio publicó el storytelling “Rebeca", de la época de 5%, el aclamado trabajo de MDE Click. En marzo colaboró con el MC peruano Mseco en “Quien Lo Trae”, y ese mismo mes también unió fuerzas con Nico Miseria para la intimista y minimalista “Mis Cosas Favoritas”, en la que el de Miranda de Ebro asume las complicaciones que acarrea el paso del tiempo en una especie de spoken word para gangsters.
Y hablando de tipos duros, en septiembre, publicó en solitario su último fogonazo de 2024: “Los Thugs También Lloran”. Producida por Dedos de Mantequilla, esta canción suena a los pensamientos que el héroe tiene regresando a su hogar después de haber cumplido su misión, pero ¿a qué precio? Tras recorrer caminos escarpados, presenciar pérdidas o caer por montañas emocionales, los ojos se agrietan y la mirada flaquea. N-Wise mira a los ojos de una vida normalmente injusta y trágica, pero a su vez le deja claro que para que él abandone del todo tienen que tumbarlo. O matarlo. Y en un agridulce alarido final, entre una solemne voz femenina, suena repetidamente: “Los thugs también lloran”. ¿Habrá álbum para 2025? Quién sabe, pero al igual que la muerte nos recuerda que somos humanos y nos iguala a absolutamente todos, sin distinciones, las lágrimas también lo hacen.
Pablic S & DJ Koo— Un Cadáver Exquisito
El surrealismo es el principal ingrediente de Un Cadáver Exquisito, una de esas ocasiones en las que el rap busca inspiración en otros movimientos artísticos y literarios. Pablic S escupe sin ataduras racionales y como resultado nos conduce a un flujo de pensamientos sorprendentes que construyen paisajes sonoros tan absurdos como un jardín de Big Macs o castillos en el aire. Al mismo tiempo logra explorar su propio subconsciente con temáticas de duelo e introspección. Rapea en en “Nuevos Planes”: “Qué feliz que era con Dragon Ball y dibujos de Nickelodeon / Cicatrices en la frente y pinturas al óleo.”
Un cadáver exquisito es un juego creativo y colaborativo, sin que ninguno de los participantes conozca los aportes de los demás. Por eso el resultado tiene cierta sensación de incongruencia. .Esta incongruencia es la herramienta principal de DJ Koo para generar una experiencia de escucha onírica. Las instrumentales separan la cabeza del cuerpo porque se busca la separación del pensamiento de la realidad. El valor del EP se encuentra en el accidente colectivo mediante la experimentación espontánea. Este es el Cadáver Exquisito de Pablic y Koo, un collage sonoro de lo aparentemente irracional. El resultado no es lo más relevante, sino el proceso de desarrollar una creatividad sin censura y en compañía para contemplar ideas originales y crear rap con ellas.
Portavoz - Shaka Zoo
Cinco años duró la espera para volver a tener un disco de uno de los grandes de la historia del rap latino. El artista chileno deja en claro que regresó a las canchas pura y exclusivamente por amor al juego. Si bien está lejos de ser un último baile, queda claro que su vuelta es un suceso enorme para la cultura si uno se fija en los nombres que se sumaron para celebrar la trayectoria de un ícono: T&K, El Bruto CHR, Akapellah, Hordatoj y más. Este proyecto es un zoológico en el que todos los vecinos de Andi son bienvenidos.
Acompañado de una selección de beats quirúrgica, Portavoz usa su partido homenaje para rendirle culto al rap chileno, una cultura que formó a cientos de artistas y cuya influencia cruzó varias fronteras. El rap del santiagueño suena tan marginal y revolucionario como siempre.
“No hay un plan B”, dice el estribillo de “Chimpancés” y ese quizás sea el leitmotiv del álbum. No importa el tiempo que pase, las circunstancias negativas que el sistema le arroje a Portavoz o si su madre ya no trabaja gracias a la música, él va a seguir rapeando. Porque así lo siente, porque así lo vive y porque así se lo enseñaron.
Ril Fella y Masta Clark - Maicarron
La agónica permanencia de la identidad nacional en el mainstream encuentra su contracara en los bordes. El noroeste argentino no necesita impostar porque sugiriendo ya persuade, quizás porque sabe que su posibilidad de combate es más frecuente. Y ese pegoteo de las álgidas temperaturas (“Un calor del pingo") se monta en este disco adictivo de dieciséis minutos. Con beats de tinte californiano como en los temas "Esto no es yankiland" o "Mi negocio", Rill Fella no entiende de medio tiempo, su flow avanza con la entrega de un último baile, y esta analogía no busca el beneplácito de la factoría gringa: digo último baile como quien entrena malambo y sabe que si gana la competencia no puede presentarse nunca más, tal narra Leila Guerrero en Una historia sencilla.
Aunque el disco lleva "i", pensemos en un mancarrón: caballo que ha dejado de ser funcional, ya sea por culpa de la tracción a sangre o el simple paso del tiempo. Una carrera que nace con obstáculos sólo requiere preparar trucos extra, como los scratches de El Patinante, el guiño al Pity Álvarez y la inclusión de jerga local, como el culiao o estar machao (sinónimo de emborracharse). El 2024 recibió en Argentina discos raperos hacia arriba y abajo del mapa, sirva este ejemplo directo desde Tucumán para responderle a quienes se quejan de que el hip-hop en nuestro país tiene un único relato.
Resurgimiento de la sabia escuela
Resurgir como volver a la vida. Puede parecer una descripción desatinada, porque ninguna de estas figuras tienen su nombre en un acta de defunción. Hablamos de resurgir desde la adrenalina misma que implica la tracción, desde el soplo de aire, desde los nuevos puntos de vista que empujan esta ola de trabajos que tienen un seno temporal en común: pertenecen a la sabia escuela.
La escena de rap en habla hispana recibió proyectos firmados por pilares históricos para nuestra cultura: Ana Tijoux, Warrior (Rapper School), CNO, Fianru, Portavoz, ToteKing, La Mala Rodriguez, Danay Suarez, entre otros. La mesa de los grandes hizo su propio brindis a la trayectoria. Hay nuevas ideas escritas en castellano que llegan con la madurez propia de un adulto, algo que recién ahora, lógicamente, estamos conociendo en profundidad.
“La pregunta no es por qué a mí, sino por qué no a mí”, rapea Fianru. Vimos pases de mando en vida, escuelas que estiran la mano a la nueva generación para que pasen al frente. Se abre espacio a inquietudes susceptibles al paso del tiempo, mientras que a su vez se pone en prosa la experiencia. También están quienes golpean la mesa desde la aptitud cosechada y muestran que no solo no están oxidados, sino que también es necesario dirigir la pulsión de vida para conservar el norte. Rapea ToteKing:“No voy a tu disco, ni a listening parties o visitas con guía / Atiende cabrón, pega'o veinte años y jamás he deja'o Andalucía”.
Ríal Guawankó — Mysterio
Después de un desayuno con vitamina C, Kenys Santiago se dedica a perfeccionar la fórmula cada día. Cura un sample, retoca un arreglo, repasa las sílabas y repite. Ensayo y error, son matemáticas tan simples como infalibles. El estudio es su dojo, su templo y su laboratorio. Ahí se concentra en la música, a solas, y logra el sonido que nadie más.
Ríal es un tipo serio, si flexea no saca a relucir marcas, sino su rutina de autocuidado, su sofistiación y el legado de su crew. Espera del resto la misma disciplina que de sí mismo y no deja pasar zonceras: “Y tú no te sabes expresar sin utilizar emojis”. Su música suena a él, terso e imperturbable. No es bolero, ni salsa, ni boom bap, ni drumless; ya ni siquiera es Latin Jazz Rap, es una unidad pulcra de Ríal Guawankó. Tan mestizo como inédito.
Kenys sigue componiendo, pero no olvida la realidad y sus penas. El venezolano atestigua: “Personas que en su país tenían empleo y títulos / Se van pa’ Florida a lavar los platos de los gringos”. También denuncia: “Abusaron en las marchas que hubo en el centro / Por eso les prendieron en candela las comisarías en vivo y en directo”. El secuestro de su pueblo en manos de un estado criminal se renovó en 2024. Las heridas en la historia de Venezuela se profundizan mientras Maduro ordena más villancicos, pero Guawankó no permite que lo hagan sentirse menos. Si hay una clave en Mysterio, esa es el orgullo de ser quien es, algo que ni un dictador ni el mercado le van a mancillar.
Rober Il Direttore & MB Casablanca — Bianco Nero
“Ese sentimiento de pérdida por aquello que está lejano e irremediablemente no volverá”, narraban el MC de raíces italianas Rober Il Direttore y el productor MB Casablanca en el minidocumental que acompañó a la salida de Bianco Nero. “Lo real y lo inalcanzable, todo se mezcla gracias a los colores de la nostalgia”. Sí, la nostalgia es el esqueleto, piel y músculo de un trabajo maravillosamente ensamblado que evoca constantemente a Italia: bien por sus títulos (“Bianco Nero”, “Carabaggio”), bien por sus samples y voces (“Tu y Yo”, el interludio “Vita Semplice”) o bien por la jerga y rapeos en italiano a cargo de Rober Il Direttore. Todo ello viene acompañado de paisajes auditivos que podrían ser la banda sonora de cualquier película costumbrista de un pueblo italiano en los años 70.
“D¥N€R0£UTT0” es sin duda la guinda del pastel, el tótem que enarbola de forma preciosa el concepto de Bianco Nero con esa vocecilla en forma de lamento que se va sucediendo a lo largo de toda la instrumental. Es como si aquella voz fuese un llanto pasado que va fundiéndose con unos rapeos llenos de pundonor por Il Direttore. Solo el presente y la búsqueda de un mejor futuro puede quitar de la mejilla las lágrimas del pasado. Bianco Nero es una pieza más completada por dos de los adalides del llamado MOBBIMIENTO, un colectivo/filosofía de trabajo/grupo que ha completado un 2024 en una excelente forma y que ya mira a un año 2025 que debería ser clave en su asentamiento.
Ronpe99
Desobediente en su forma, en 2024 Tomás Miguel Díaz siguió proyectando su sonido con dos EPs salidos con menos de dos meses de diferencia. "Me violento hasta con R&B", avisa en "Taylor Shwift", la apertura de Casi extraños. En su portada dos personas comparten cama, aunque los cuerpos ya no ofrecen diálogo. Solo un artista con un debut a cuestas como el de Mundo Roto es capaz de envalentonarse en su próximo peldaño. Erigido como una torre que evalúa el simulacro de las más pesadas tormentas (del mismo modo que se afirma en su vivo), el marplatense habilita otros trayectos, donde sigue midiendo sus propios límites. Por suerte, sigue sin encontrarlos.
No hay peor pesadilla para un rapero que ver sus barras condicionadas por la realidad. Ronpe voltea las cartas de su biografía y, habiendo crecido adentro y afuera de la escritura, compone al hueso, sus letras son cada vez más punkies, su voz es áspera, por momentos es posible palpar el ardor en temas de ESCUPO VENENO, como "TESTIGOS". Una sordidez acorde a un pibe de 25 años nacido en una de las ciudades con mayor tasa de desempleo del país. La oscuridad es un lugar bien transitado por Tomás, donde en lugar de apagarse, prueba dominar las penumbras.
Room41
El mundo se ha poblado de proyectos de tipo sesión, pero pocos con tanta puntería como el caso de Room41, que brotó de las raíces de la provincia de Santa Fe y nos regalo frutos de todos los puntos cardinales de la Argentina. Dos virtudes resaltan como esenciales para entender su relevancia para este 2024: la primera es, sin dudas, la elección de huéspedes para este espacio invaluable de producción. La segunda, quizás la más complicada de lograr, es la alfombra instrumental sobre la que hacen desfilar a los artistas invitados. Una alquimia que logra mixturar el perfil que ya traen artistas tan distintos como L’Pequeña, Malandro, Oney1 o Maldita Russa, con la identidad y las intenciones de Room41. En poco tiempo este proyecto se ha transformado en un espacio disfrutable sea quien sea el invitado, sencillamente por tener un sello de calidad garantizado.
Este año, sus nueve rounds se sumaron a una coronación en vivo en Mambaclvb con una multitud de artistas representativos de la escena nacional en el mismo escenario que recuerda a hitos del hip-hop como esa foto icónica del Harlem de 1998. Entre las paredes y las barras de aquel estudio litoraleño encontramos una diversidad increíble de estilos, perfiles y líneas, que van desde el subterráneo a lo más emergente de las rimas argentinas. Comienza a cumplir una función archivista y documental además de empezar a volverse una posta donde los artistas desean dejar su huella para ser parte de algo grande, algo importante. Ese algo lleva el nombre de Room41.
Santicuado — Splendido Splendente
Santicuado agarra el manual de buenas prácticas del rap estricto, lo lee, chasquea la lengua, lo hace un bollo y lo tira por el agujero de su ventana rota. Escuchar a este freak de todas las esquinas de la cultura es adictivo. El vértigo que da el brevísimo espacio entre una barra y la otra es como cuando estabas a punto de abrir la sorpresa del huevo Kinder. Cada uno de sus trabajos es un decálogo de sus verdades y Splendido Splendente, el más reciente, no es la excepción. Ahí está lo mismo de siempre: mil hipervínculos, gags, referencias a la música, al fútbol, a la TV argentina, a las crisis de su país y a sus mañas de pequeño hijo criado en la Ciudad de Buenos Aires ("Soplo la memory card como si fuera un osobuco"). Acá no hay featurings con sus compañeros de crew, Zoomatic. La única colaboración, aunque sin acreditar, es la de su novia, autora de la portada del EP y presente como inspiración en sus letras. Algunas más toscas, como "Con la ex es blanco y negro; con la actual es a color" o "Por vos sé que Suipacha después se vuelve Tacuarí", otras más sutiles como "No hay danza contemporánea que pueda contra mi bailarina". Santicuado 101, en fin.
Saramalacara — Heráldica
Saramalacara vino a subrayar su presencia indiscutida con Heráldica, que nos presenta todo un universo donde la nostalgia y la joven adultez dialogan de forma sensible con la adolescente que alguna vez fue. Nos transporta a esas fotos que la hacen ser quien es, al mundo de Tumblr, los skateparks y el MP3. Discute con sus miedos e inseguridades para enfrentar ese futuro incierto que la colma de ansiedad. Siempre poniendo su conexión con Dios en el proceso de encontrar alivio frente aquello que la atormenta.
Es puntillosa con sus referencias y con su universo simbólico, no pierde de vista un solo detalle, es un 360° experiencial donde lo terrenal y lo digital se hacen uno. Vease, como ejemplo para literalidad de la descripción, los únicos dos featurings que hay en el disco: el rapero oriundo de Granada, Young Beef; y el personaje virtual japonés, Hatsune Miku. Ambos acompañan a esta Saramalacara guerrera y angelical que va por aquello más preciado: encontrar la paz.
Y es que Heráldica marca una época cuando la construcción de personajes se tiene que pensar en clave de avatar. Se construye en un universo fantástico digital, que retrata problemas mundanos a través de personajes oníricos que se customizan al entorno. Persiguen metas, superan mapas, complejizan su perfil a través de historias, a través de sagas, que tienen un contexto sonoro fiel al paisaje virtual.
Sirio
Argentina en 2024 tuvo dos raperos que hicieron una campaña como para recibir un trofeo de M.V.P por unanimidad. Mir Nicolás y Sirio sacaron la artillería pesada: tres discos cada uno, colaboraciones intercontinentales y versos imborrables para la historia del rap nacional. Para mayor alegría de la escena, hicieron juntos “Diadema”, sobre uno de los loops más inquietantes que se hayan hecho con la música de Spinetta, cortesía de Castellanos. Rodrigo Romero escribe sobre el año de Nico en esta lista así que por acá va el raconto de proezas del MC de Golden Boyz.
Vamos a los números: el triplete de Sir One X consta de cuarenta canciones. A eso se suman apariciones en los ciclos 24/Siempre, Room 41 y Cypher Sudaka, y nueve versos que envió a proyectos clave como Fiebre de Oro: Aurum, De Camino al Palacio y SP.I Deluxe. En este trayecto conectó Argentina con talentos de Estados Unidos, Alemania, España y Venezuela. No es un dato menor que junto a los Golden hayan protagonizado Tesoros Invisibles, un documental estrenado en medio de toda esta racha. Otro extra: logró editar CDs de Cadillac One y GORETEC-9 y cassettes de Sons of Sybaris, todos hechos que parecen inalcanzables en este país.
Listados los datos duros, vamos con lo importante: cada verso y proyecto de Sirio ve la media desde lejos. El nicoleño rapea como si el mundo le debiese varias cuentas kármicas. Su voz se agarra de la nuca y no suelta hasta que esté todo dicho. Está en él transportarnos a un apocalipsis zombie, Troya o el condominio principal de los Rockefeller. Irivrte, Superior y Jocbeats (mamita, qué nombres propios) le ofrecieron sus servicios y él supo medir las temperaturas, la dureza y la ductilidad de cada metal para forjar armas específicas. Los discos se diferencian entre sí, pero todos cortan profundo. Ustedes decidirán quién se lleva a su repisa el trofeo con el 2024 tallado. Lo que les aviso desde ya: Sirio no va a bajar el ritmo ni un poco en 2025. Prepárense para más.
Solok.Os & Sabiobeats — Criminal Minded
Solok.Os lleva tiempo siendo sinónimo de calidad, por eso muchos esperábamos Criminal Minded con las expectativas altas y el apetito del que sabe que le van a poner por delante un plato gourmet. ¡Y menudo manjar! A día de hoy pocos rapean con la contundencia, la facilidad y la técnica que derrocha Solok.Os. En Criminal Minded nos ha vuelto a dejar una clase magistral, el propio artista lo define como “uno de los discos más grimey de la historia de este país”. La oscuridad del trabajo es impulsada sin fallo por Sabiobeats, creador de atmósferas atrapantes a lo largo de doce temas por los que desfinal nombres como los de Nico Miseria, Niche LS, SD Kong, Tote, D. Phillips, Nessa, Dj Swet, Ezdo Marchito o Dano.
El sino de este trabajo habría sido bien distinto si importara realmente el talento: habría tenido mucha más repercusión. No seguir los tiempos que marca la industria a veces penaliza a nivel de números, pero la realidad es que todos deberíamos ser conscientes de que el hecho de apoyar a este tipo de artistas no es solo bueno para ellos sino para la cultura en general. Discos como Criminal Minded son los que empujan a subir el nivel.
Troubless & DJ Secio — Magik
Troubless sale de su casa listo dispuesto a ponerle voz a sus letras más recientes, pero esta vez no se va a tomar el colectivo que lo deja en el home studio de Irivrte, su compañero de crew Golden Boyz y productor tanto de su disco Gennesys como de Tesoros en la Tundra. Ahora se va para el domicilio de DJ Secio, que lo espera con unos cuantos scratches para dar a la luz a Magik, un disco de siete canciones y un bonus track. Acá Troubless va a lo seguro y pone a su storytelling como escudo. En guardia y al ataque, Magik pelea con la desventaja de tener que asomarse discretamente por sobre los hombros de los trabajos de sus dos compañeros dorados: Sirio y Varoner, cuyos álbumes —Cadillac One y Fiebre de oro: Aurum, respectivamente— giraron más vía parlante y redes sociales. Puede que Troubless salga perdiendo por no poder hacerle jaque mate a lo novedosos que fueron esos LP para los propios perfiles de sus compañeros. Mientras que Sirio y Varoner se refrescan, Troubless intenta plantar bandera con una fórmula no muy distinta a la de sus anteriores materiales. La poca variedad de recursos hacen de Magik una obra un tanto deslucida y que, a la escucha, no parece haberle presentado a Troubless riesgo alguno.
Varoner & Irivrte — FIEBRE DE ORO: AURUM
Dos narradores nos invitan a nadar en esta historia de contrastes, acción, poesía, villanos, latigazos liricales y beats que nos arrugan el entrecejo. Dos superhéroes de la ciudad de Rosario nos abren la puerta a este disco que verdaderamente logra algo muy difícil: sostener el nivel del disco debut de la dupla Irivrte y Varoner y redoblar la apuesta. Spectacular Raps (2019) fue una cachetada a la escena nacional para despertar a quienes todavía no lo habían hecho ante la cruda realidad de que Varoner merodea entre los mejores raperos del país sin inconveniente; en sus palabras: “Entro por el techo, yo no estoy en lista”. El caso de Irivrte, por otra parte, es peculiar: hace mucho tiempo ya parece irrisorio negar que es nuestro Aconcagua si de productores nacionales hablamos.
AURUM trae una prepotencia de originalidad combinada con un sano hábito de algunos rincones del hip-hop: la decisión de darle cuerpo a un personaje de ficción delineado, construido desde los cimientos, con reflexiones y consciencia propias que reflejan inquietudes y argumentos de su creador. Constituye un proxy artístico ante un mundo donde abunda la pose para parecer “real”; “El rap con más personajes que Peter Capusotto”, enuncia el Varo. Además de una multiplicidad de referencias a íconos de la música como Dionne Warwick, encontramos una teleraña de batiseñales al mundo de la historieta que construyen la atmósfera sin igual que encierra este cómic en estéreo. Así entra al podio de los discos más innovadores del 2024 del rap argentino, el género que más colorido floreció en estos 365 días.
Vic Deal — Medallas de Oro
A Vic Deal siempre le ha gustado celebrar sus triunfos y los de su círculo. En ese sentido, un título como Medallas de Oro es también un anticipo de la temática central del disco, que hace justamente eso mientras juega con sonidos de la West Coast. Pero ¿cuál es ese equipo que se cuelga las medallas? Por supuesto, Afterclass. Si bien MDO tiene un tono más lúdico que el sonido característico del sello, son sus miembros quienes acompañaron a Vic Deal en todo este recorrido, y son quienes merecen dar la vuelta olímpica.
No podemos decir que el sonido californiano es el característico de Vic, pero sí que es uno de los que mejor le sienta. Pruébenlo: Medallas de Oro es un disco para escuchar en un low rider, con los vidrios abajo y el brazo colgando por la ventana. La voz y rapeos maridan muy bien con los bajos y sintes de las pistas, probablemente el mejor ejemplo de esto suceda en “Melísimo”. “Soy el romántico que escucha tus audios en 1X”, declara en ‘Super Natural’ dejándonos ver al Vic Deal característico que es tan competitivo como sarcástico. Si bien en otros momentos algunas barras podrían tener un doble click más importante, son las menos, dejando a Medallas de Oro con más puntos a favor que huecos. Así continúa el legado de Victor.
—Martín Córdova
Zábaz — E.S.O.
El hombre viste un traje negro antiguo, está ataviado con una cadena de oro y es coronado por una gorra plana también oscura. Es Zábaz en la portada de su nuevo álbum, rodeado de pilas de vinilos: sus discos, desde Funkdealer hasta Todo Por su Consecuencia. Así presenta E.S.O., el resumen de su proceso y la consolidación de un sonido y un estilo: Exclusive Shit Only.
E.S.O. es una placa robusta, cargada de sonidos y sensaciones diferentes. Producida casi en su totalidad por el mismo Zábaz. contempla un abanico de sonidos que incluyen boombap, trap y exploraciones que mantienen su esencia. Su talento como beatmaker lo combina bien con sus flows e ingenio a la hora de lanzar rimas. Oblivion’s Mighty Trash, Thomas Parr, Barras de Reptil y TreinSuerte son los invitados que traen su mierda exclusiva.
Zábaz tiene un horizonte claro en E.S.O.: construir su propio camino. Tomar decisiones, no perder el tiempo, creer en su misión como artista, dejar ir los amores que ya fueron.
ZEN P — De Oro
Imagina una película a blanco y negro. No es de otra época, sino actual. Su trama es de gángsters, historias de calle: la crudeza de la vida. Hay que ponerle atención y detallarla con cuidado, entender lo que dice. Su protagonista es un rapero venezolano que reparte lecciones callejeras barra tras barra. Ese es Zen P, un liricista talentoso, exiliado de su tierra, que camina enfocado en conseguir el oro.
Este álbum viene con la bendición de los mejores artistas de su país: Lil Supa, Akapellah, Afromak, Gona y Apache, hermanos mayores que manifiestan su apoyo. De Oro es un álbum grimy, el sonido oscuro y lento que se ha convertido en referencia del underground neoyorquino de los años recientes, perfeccionado por Griselda Records. La apuesta de Zen P saca de la zona de confort a una audiencia acostumbrada al boombap y pica en punta como referente de la nueva generación venezolana.
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